Un Nuevo Comienzo Agreste
Tras el cataclismo que aniquiló la Tierra, las naves que lograron escapar vagaron por la negrura del espacio, guiadas por la desesperada esperanza de encontrar un nuevo hogar. Fue entonces cuando los sensores de la nave «Arca III», una de las más grandes y con mayor capacidad de terraformación, detectaron una anomalía prometedora: un sistema estelar con un planeta en la zona habitable. Lo llamaron Terra – Edem, en honor a la Tierra perdida y a la promesa de un nuevo paraíso.
El Desembarco y la Adaptación Forzada
Edem era, a primera vista, un milagro. Su atmósfera era respirable, sus ciclos día-noche similares a los de la Tierra y sus vastas extensiones de vegetación exótica teñían el paisaje de tonos púrpuras y ocres. Sin embargo, Edem no era el Edén idílico que esperaban. La flora nativa, aunque no venenosa, era extraña y sus frutos, aunque nutritivos, tenían un sabor amargo y una textura inusual. La fauna, adaptada a un ecosistema alienígena, presentaba desafíos constantes: criaturas ágiles y crípticas que se movían entre las densas junglas de helechos gigantes y depredadores nocturnos con bioluminiscencia que acechaban en las sombras.

El Secreto de las Profundidades y la Advertencia Antigua
La mayor interrogante en Edem, sin embargo, reside en las profundidades de sus vastos océanos y en los inexplorados laberintos subterráneos. Los escaneos iniciales de la Arca III habían detectado estructuras anómalas de origen desconocido, mucho antes de la llegada de los humanos. Algunas leyendas entre los Nativos hablan de «luces que cantan» desde las profundidades, y de antiguos seres que velan por el equilibrio del planeta.
La Fragmentación de la Sociedad y los Guardianes del Saber
A medida que las generaciones pasaron, la sociedad de Edem comenzó a fragmentarse. Algunos se aferraron a la esperanza de replicar la «vieja Tierra», creando ciudades con estructuras y estilos de vida que recordaban al mundo perdido. Estos se conocían como los «Antiguos», y se dedicaron a preservar el conocimiento y la cultura terrestre a través de vastas bibliotecas digitales y centros de simulación. Creían que, tarde o temprano, la humanidad recuperaría su esplendor original.
Otros, sin embargo, adoptaron una perspectiva más pragmática y se integraron más profundamente con el entorno de Edem. Estos fueron los «Nativos», quienes aprendieron a vivir en armonía con la extraña flora y fauna, desarrollando nuevas técnicas de cultivo y domesticación de criaturas locales. Sus asentamientos eran más orgánicos, construidos con materiales autóctonos y camuflados entre la vegetación. Desarrollaron un profundo respeto por los ciclos del planeta y creían que el futuro de la humanidad estaba en la adaptación y la simbiosis con su nuevo hogar.
Estos misterios, junto con una creciente escasez de ciertos recursos tecnológicos que no pueden replicar, están forzando a las facciones de Edem a considerar la necesidad de una expedición conjunta a las profundidades inexploradas. La supervivencia de la humanidad en Terra – Edem podría depender no solo de su capacidad de adaptación, sino también de desentrañar los secretos que el propio planeta guarda, y que quizás, fueron una advertencia para una civilización anterior.












